- Área: 3405 m²
- Año: 2010
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Fotografías:Jesús Granada
Las relaciones de la medicina legal con la arquitectura no han sido, en general, muy naturales, consecuencia de la cultura occidental de huir o esquivar aquellas cuestiones relacionadas con el sufrimiento. La arquitectura, desafortunadamente, no dispone de fórmulas mágicas para evitarlo, y nuestro reto es contribuir, al menos, a aliviarlo. Arquitecturas luminosas, amables, dialogantes, cercanas al ciudadano, ayudan al personal a realizar su imprescindible labor, al tiempo que prestan a los usuarios el apoyo técnico necesario para hacer más llevadera su permanencia en estos centros.
Antes de iniciar el proyecto estaban en nuestra mente imágenes de bosques nórdicos, asociadas a proyectos de Aalto, Lewerentz y Asplund. Lugares para dejar volar la vista, para la reflexión y la esperanza. Los primeros croquis del proyecto trataban de encontrar algo de esto, hacia la lejanía de La Alhambra o de los luminosos atardeceres sobre Sierra Nevada. Enfrentados a una parcela de reducidas dimensiones en la que debía encajarse un extenso programa, se optó por un edificio compacto al tiempo que liviano y transparente, que evocara los secaderos de tabaco de la Vega de Granada. A través de un entramado de hormigón, algo de esta atmósfera legendaria que rodea Granada se filtrará, y su Iuminosidad interior rescatará al edificio de la imagen críptica asociada a programas de este tipo.
El solar propuesto para el nuevo lnstituto de Medicina Legal se sitúa en un área en proceso de transformación, caracterizado por el uso hospitalario del Campus de la Salud, y visible desde la vía de circunvalación y conexión con la costa.
La ausencia de referencias urbanas y el destino del edificio, de programa complejo e introvertido, justifican una propuesta conformada por un bloque de clara y rotunda geometría, aparentemente opaco al exterior y abierto únicamente en la fachada principal por medio de un gran pórtico que concentra todos los accesos al edificio.
El edificio se configura como una gran arca protegida hacia el exterior mediante costillas verticales de hormigón a modo de brise-soleil que proporcionan al edificio ese aspecto ciego y hermético, desde el exterior, al tiempo que luminoso y transparente, desde el interior.
Este carácter cerrado y masivo que el edificio ofrecerá al transeúnte diurno, se tornará abierto y luminoso durante la noche, a modo de antorcha.
El edificio se sitúa a 1,30 m sobre la rasante exterior, para permitir que las dependencias situadas en semisótano dispongan de iluminación y ventilación natural.
La luminosidad natural interior es aún mayor en el corazón del edificio por el vacío interior que se abre al cielo mediante una cubierta transparente que en su perfil bosqueja la montaña a la que se enfrenta.
La luz se filtra por una escultura cenital que reconstruye una ciudad ficticia, down town de ensueño, obtenida del diagrama de ruido de fondo del universo encargado por el SETI cuya misión trata el origen, naturaleza y existencia de vida en el universo.